Recomendaciones para teletrabajar de una teletrabajadora habitual
Foto de Annie Spratt en Unsplash
En este artículo quiero ofrecer unas recomendaciones a título personal para teletrabajar, ya que este es mi modo de trabajar desde hace más de un año.
El coronavirus o COVID-19 está haciendo estragos entre la población española. Por ello, la recomendación de las autoridades es teletrabajar para el que pueda. Esta recomendación además se sigue en muchas empresas como es el caso de mi empresa. No todo el mundo está acostumbrado a este nuevo modo de trabajar puesto que por lo general se realiza de forma ocasional (si es que se puede) y además, tener que hacerlo con niños que no están tampoco acostumbrados a esta nueva forma de vida que tenemos por delante, al menos por unas semanas.
1. Un espacio de trabajo separado y adecuado. Ayuda mucho que el espacio de trabajo esté en un lugar separado de la actividad familiar. No todo el mundo tiene la posibilidad de montarse un despacho en casa pero podéis montar una mesa en el dormitorio y el salón dejarlo para las actividades conjuntas. Los niños tienen que identificar que ese es el espacio donde papá o mamá trabajan y no se les puede molestar, en el caso de que tengáis hijos. Para los que no, este espacio está más lejos de tentaciones como la nevera o la televisión. También hay que procurar tener una silla adecuada y respetar las mismas normas de ergonomía que tenéis en la oficina. No vais a encontrar una silla de despacho de un día para otro pero probar todas las sillas que tengáis en casa para que vuestra espalda, cuello y hombros no sufran.
2. Rutinas. El hecho de teletrabajar nos da la ventaja de evitar el desplazamiento al trabajo y de no tener que ponernos el traje para ir al trabajo. En lo demás, los horarios y la actividad tiene que procurar ser similar. Podemos despertarnos media hora más tarde pero no podemos alterar las rutinas. Por ello, si nuestra rutina diaria consistía en ducha, desayuno y al trabajo, pues mantenemos esa rutina.
3. El hecho de estar en casa no significa tener más horas disponibles para otras tareas. Todos tenemos que comer o limpiar nuestro hogar pero no por ello tenemos que alterar nuestras rutinas laborales ni utilizar las horas de trabajo para esto, por poner un ejemplo. Podemos dejar la comida hecha el día anterior o la media hora que habíamos ganado del desplazamiento, en lugar de utilizarla para dormir, utilizarla para preparar la comida.
4. Aprovechar la vida en casa para hacer vida en familia. Para los que tengáis familia, comer juntos es una ventaja de la que podéis disfrutar ahora. Además los niños no están con los abuelos ni en la escuela así que tienen que comer con vosotros. Bloquear media hora o una hora en vuestra agenda para comer con ellos.
5. Reuniones virtuales o por teléfono programadas. Si vosotros estáis en esta situación, la mayoría de vuestros compañeros o clientes también. Tienen que cuidar de los niños y no siempre es fácil compaginar las dos cosas. Por ello, yo recomiendo enviar un email antes de llamar, para encontrar el mejor momento de realizar una reunión que sea más conveniente para todos ya sea por teléfono o virtual
6. Organizar turnos de trabajo. Para los que tenéis niños más pequeños que no puedan seguir rutinas y tareas, lo ideal es que expliquéis a vuestros compañeros y clientes que necesitáis algo de flexibilidad. De esta forma, si sois dos, podéis organizar turnos (1 hora tú y otra yo), cosa que también ayudará si comienzan clases online. Es más complicado si solo estás tú solo o sola con lo que la flexibilidad es clave. Cuando el peque duerma, aprovecha para trabajar (las siestas son las horas de más productividad en mi caso).
7. Distracciones. Mucha gente me comenta que no podría trabajar desde casa por la nevera, la televisión… Sin embargo, desde que trabajo en casa y siguiendo unas rutinas, esas distracciones (que no van a desaparecer) son equivalentes a las mismas que tendrías en una oficina: ir a por un café con un compañero, la llamada de trabajo del compañero del puesto cercano que te distrae… Unas cosas se compensan con las otras. En todos los casos, hay que forzarse a tener autodisciplina. Con niños, un poco más.
Espero qué estos consejos os sirvan para mantener un entorno laboral en casa y que os ayuden a mantener la moral alta porque teletrabajar, al fin y al cabo, no es el fin del mundo.